miércoles, 24 de junio de 2009

ANHELO

Porque no puedo evitar mirarte. No puedo evitar sonreír cuando me mirás. No puedo evitar morirme de vergüenza como si tuviera cinco años. No puedo evitar hablar de vos. No puedo dejar de pensar que me provocás. IGUAL, me encanta todo eso, principalmente que me provoques, me llena de satisfacción.
Mas que esto no voy a decir; todo a su tiempo.

Indecisión

Estoy indecisa. Confundida. No se lo que quiero. Me cuesta muchísimo elegir. Una cosa, tiene a mis seres queridos, que no los cambio por nada ni por nadie. Mi grupito hermoso que día a día se va fortaleciendo, llenando de risas, consejos, chismes, boludeadas, etc. Pero también tengo a algo que, si bien no me disgusta, no me encanta.
Por otro lado, tengo lo que me gusta. Lo que me entretiene. Lo que me fascina. Pero no tengo a mi grupito.

Conclusión: No sé qué hacer y tengo dos (2) días para elegir entre dos cosas muy valiosas que van a definir mi forma de ser, mi personalidad, mi futuro.

NO me importa.

No me importan los demás, nadie nadie.
No me importa la diferencia de edad.
No me importa que sea OBVIO hacia quién está dedicada esta entrada.
No me importa tener unas cuantas "contrincantes" aunque para mi nadie es competencia.
No me importa esperar, mientras esa espera sea recompenzada. ¿Con qué? Fijate vos.
No me importaría "el afiche en la puerta".
El deseo, la ilusión, la esperanza, la satisfacción, las dudas, las hipótesis, los enojos, las broncas, la tristeza, la sorpresa... Desaparecieron.
Vos desapareciste. Sólo una canción me recuerda a vos. Al menos una vez al día te pienso, pero nada es como antes.
Pensar, intentar, ya no me provocás bienestar. Ya no me provocás absolutamente nada, o al menos eso creo.
Aunque tengo que admitir que lo que me insitó a escribir esto, y lo que me hace dudar que nome provocás nada, es que todavía me pierdo en tu mirada. En tus profundos ojos, en tus arqueadas pestañas.
¿Podés ver en mis ojos lo que realmente pasa por mi corazón?
¿Podés asegurar que mi sonrisa siempre expresa felicidad?

¿Sabés qué...?

Nunca sentiste atracción física hacia una persona? No lo creo.
Nunca intentaste acercarte a esa persona, pero tal vez, sólo tal vez, las cosas no ocurrieron como lo esperabas? Tampoco lo creo.
Nunca te autocuestionaste? O pensaste, ¿Qué mierd* me pasa?
[...]
¿Sabés qué? Acabás de leer como me siento. (o al menos una parte de lo que siento)
Y sabés qué más? Dándome tiempo, dejando que fluyan las cosas, no llegué a nada.
Y la última, sabés qué? Te podés ir... A donde quieras.